Imagina que tienes a un miembro del equipo al que parece no importarle la misión del equipo o su funcionamiento diario.
Él llega, hace su trabajo y se va a casa. No provoca graves problemas, pero su actitud de “¿Qué importa?” ha empezado a afectar a los otros miembros del equipo.
¿Cómo puede confrontarlo de manera constructiva?
En una sesión de counseling, hágale las siguientes preguntas a este miembro del equipo para sacudirlo de su complacencia:
- – ¿Cuáles son algunas de las cosas que en su opinión ayudan a lograr una atmósfera de trabajo productiva?
- – Me parece que últimamente le hacen falta compromiso y energía. ¿Es correcta mi impresión?
- – ¿Cómo considera usted que su comportamiento afecta la productividad?
- – ¿Qué cree usted que está detrás de su falta de involucramiento?
- – ¿Se alegra de venir al trabajo por las mañanas?
Si la respuesta es sí, continúe con:
- – ¿Qué puede usted hacer para demostrarlo más?
Si la respuesta es no, pregunte:
- – ¿Qué desea usted hacer al respecto?
Si no está contento con el trabajo, ¿Hay algo en específico que podemos hacer para cambiar las cosas?
Hay que recordar que una de las claves del éxito para una buena retroalimentación está en darle un sólido proceso de seguimiento.